…o algo así rezaba la frase. El caso es que yo particularmente creo que entre todos esos procesos hay una constante invariable; “te
sorprendes”. Y es que todos los días tienen algo que te deja impertérrito, embobado o mejor aún; idiotizado. Y digo idiotizado porque llega un momento en el que no sabes si es que el
mundo está
loco o eres tú el único gilipollas que no entiende su funcionamiento, lo cual es un poco triste, porque desde que naciste no has hecho nada más que merodear y experimentar por el mismo, supuestamente razón de más como para saber algo sobre este globo y esa curiosa raza en particular que se hace llamar
homo “sapiens”.
Sinceramente, y sin ánimo de ofender (además yo me incluyo), creo que somos la más
estúpida de las razas que han pisado este planeta. Tardamos desde unos veinte años hasta toda la vida en tener un uso de razón digno de dicho nombre, somos de los pocos que no tienen un instinto de conocimiento del
medio, lo cuál también es obvio, puesto que el medio en el que vivimos es un mero artificio producido por nuestras propias
manos. Quién sino pasaría las horas muertas explotando burbujitas de plástico de embalaje (función indispensable para el funcionamiento del planeta), quién sino coleccionaría sellos, figuritas de plomo o cromos de jugadores de
fútbol (y eso dentro de lo que cabe son colecciones razonables), quién sino tropezaría dos veces en la misma… bueno, quien dice dos…, quién sino enviaría correos en cadena a más de cincuenta personas para recibir una
llamada muy importante a las doce de la noche, porque por supuesto, de todos es conocido las desgracias que te pueden llegar a ocurrir sino lo haces, yo incluso tengo un amigo que tiene un primo que tiene un hermano que desapareció misteriosamente después de revisar uno de esos e-mails y todavía lo están buscando. Pero no os preocupéis, porque si enviáis este post a más de trescientas mil personas antes de dos segundos, os llegará, como por arte de
magia, un mensaje a vuestro móvil que os dirá su paradero.
En este mundo hay muchas cosas que son
ilógicas y aún más que son completamente
absurdas, pero nosotros tenemos las mejores marcas en
sandeces con una diferencia digna de estudio. Caminamos aplastando lo que tenemos bajo los pies y nos enorgullecemos cuando decimos que somos la raza más
inteligente que ha existido nunca. En fin, no sé si Dios existe, pero si existe y fue él quién nos
creó, desde luego se lució. O eso o hemos pasado de nuestra imagen y semejanza hacia él y hemos ido a nuestra puta bola, lo cual parece ir mucho más en consonancia con nuestro estilo de
comportamiento.
No digo que no tengamos cosas buenas, haberlas hailas, por ejemplo…, esto…, ¿la
cerveza? El caso es que si yo fuera Dios, me replantearía seriamente retroceder en el tiempo y pegarle un
tiro al primer pez que tuvo la ingeniosa idea de poner una aleta fuera del
agua.
Esto es sólo una opinión que tengo, quizá sea porque hoy he tenido un mal
día, de todos modos las opiniones son como los
culos, todos tenemos uno y creemos que el nuestro huele mejor que los demás.
He dicho.